Suma contra los gentiles sobre Mahoma
Siguen unos extractos del libro Suma contra los gentiles, Libro 1 capítulo 6, de Santo Tomás de Aquino, con respecto a Mahoma.
"Esta conversión tan admirable del mundo a la fe cristiana es indicio certísimo de los prodigios pretéritos, que no es necesario repetir de nuevo, pues son evidentes en su mismo efecto. Sería el más admirable de los milagros que el mundo fuera inducido por los hombres sencillos y vulgares a creer verdades tan arduas, obrar cosas tan difíciles y esperar cosas tan altas sin señal alguna. En verdad, Dios no cesa aun en nuestros días de realizar milagros por medio de sus santos en confirmación de la fe.
Más quienes introdujeron los errores de falsas, siguieron el camino opuesto. Por ejemplo, Mahoma sedujo al pueblo con promesas de placeres carnales, a los que nos instiga el mismo deseo carnal y la concupiscencia. Igualmente les dio una religión de acuerdo con dichas promesas, dando rienda suelta a las tendencias carnales, lo cual fácilmente obedecen los hombres carnales. En cuanto a doctrina, no les enseñó más verdad que la que cualquier sabio mediocre puede conocer con la luz natural; y además mezcló con las pocas verdades que enseñó, muchas mentiras y doctrinas erróneas. No les dio signos sobrenaturales, única manifestación que puede testificar una inspiración divina, ya que al dar muestras sensibles de obras que sólo pueden ser divinas, prueba el maestro de la verdad que está divinamente inspirado. Sino más bien afirmó que había sido enviado, por las armas, que son signos que no faltan a ladrones y tiranos. Y así, no le creyeron desde el principio hombres sabios expertos en las verdades divinas y humanas; sino sólo hombres bestiales, moradores de los desiertos, ignorantes por completo de toda doctrina sobre Dios, que le ayudaron con su multitud armada a forzar a otros con la violencia a sujetarse a su ley. Ningún oráculo de profetas anteriores lo apoya con su testimonio; más bien desfigura al Antiguo y Nuevo Testamentos presentándolos como narraciones fabulosas, según puede observar quien estudie su religión. Por ello astutamente prohibió a sus secuaces leer el Antiguo y Nuevo Testamentos, para que así no le arguyeran de falsedad mediante ellos. Por todo lo cual es evidente que quienes ponen su fe en los dichos de Mahoma, lo hacen por liviandad.”