Texto de la Pastorela de las Estaciones
La primavera
Oh Jesusito, hijo de María, soy primavera, estación florida, quiero enjugar tu llanto y ofrecer mi ramo. Eso te gustará, y como salario te pido un gran favor, oh mi Salvador : Querría, un día, arrullarte en mis brazos.
Niño Jesús:
No, no, eso no, estación florida, vete por ahí con esos adornos. Tu ramo me encanta, pero sólo quiero yo esta flor bonita, con tallo de espinas; un día se convertirá en mi corona. Florida, tus brazos, nunca me arrullarán.
El verano
Oh Jesusito, alma de mi vida, soy el verano, estación fecunda, te traigo un manojo, de buen trigo dorado. Eso te gustará, y como salario te pido un gran favor, oh mi Salvador: Querría, un día, arrullarte en mis brazos.
Niño Jesús:
No, no, eso no, estación fecunda, con tu tesoro vuelve por el campo. Tu trigo me encanta, pero sólo quiero yo esta paja suave, para mi pesebre. El pan dé su fruto, para las hostias. Estación fecunda, nunca me arrullarás.
El otoño
Oh Jesusito, ábreme la puerta, soy el otoño, estación próspera, mira todos los frutos, los racimos dorados. Eso te gustará, y como salario te pido un gran favor, oh mi Salvador: Querría, un día, arrullarte en mis brazos.
Niño Jesús:
No, no, eso no, estación próspera, renuncia el honor que estás esperando. Tu canasta me encanta, pero sólo quiero yo el vino de Caná, fruto de su viña, por milagro insigne, será mi sangre. Estación próspera, nunca me arrullarás.
El invierno
Oh Jesusito, Salvador del mundo, cúbrete mucho, soy invierno frío, No tengo más regalo que una rama caída. Tan poquito tengo, que no me atrevo a pedir un gran favor, oh mi Salvador: Hubiera querido arrullarte en mis brazos.
Niño Jesús:
Sí, sí, invierno, quédate conmigo, quiero tu rama, celestial regalo: La rama que cayó, un día cruz será: ¡Oh leño dichoso, glorioso triunfo!, Por este madero la gloria llegará. Invierno, tus brazos son los que me arrullarán.
El coro de los ángeles:
El Niño Jesús, Salvador divino, la noche buena, nació en el establo, pastores presurosos, fueron para adorarlo. Y los Reyes Magos trajeron regalos, Oro, incienso y mirra, real ofrenda: conocen al Señor como único Salvador. Los ángeles entonaron: ¡Navidad! Unamos también nuestra voz a ellos: Navidad, Navidad, todos cantemos: Navidad, Navidad, ¡Feliz Navidad!