Les presentamos a continuación el índice del último número de nuestra revista, cuyo tema es: ¿Puede existir una familia católica hoy?, así como un interesante artículo para los novios que están camino al matrimonio.
Índice
Editorial/ Rvdo Pedro. Mouroux
Carta a los fieles y amigos /Rvdo. Don Davide Paglariani
Grandeza del sacramento del matrimonio /Rvdo. Padre Jorge Aldo Cruz
Los cuatro ejes de la vida católica en la familia/Rvdo. Padre Donatien Lethu
¿Cómo vivir un noviazgo católico hoy? /Rvdo. Padre Christopher Hone
¿Cómo cumplir con nuestras oraciones diarias? /Rvdo. José Alberto Mota
Los ataques contra la familia católica /Rvdo. Padre Rodrigo Fernández
El dormitorio y el teléfono/Rvdo. Padre Bernard de Lacoste
El Rosario: el celular del católico/Rvdo. Padre Hervé Gresland
Compartimos con ustedes un artículo muy interesante para compartirlo con los novios que se están preparando para el matrimonoio en nuestras capillas:
"A principios del siglo XX, había una matrona en Alemania, cuyo nombre era Lisbeth Burger. Lisbeth escribió un libro con sus experiencias de matrona católica, que se llama "Cuarenta Años como Matrona". A Lisbeth le tocó visitar a muchas familias en su casa para ayudar con los bebés, entonces conoció a muchas parejas. En un pasaje del libro, Lisbeth describe cómo se dio cuenta que casi todos los matrimonios que visitaba eran infelices. "¡Sobre la mayoría de los matrimonios se proyecta una sombra! Una sombra gris, tenebrosa, que impide que el corazón de la madre experimente alegrías, que la oprime y la abate y que la amarga a todas horas... Sobre todo a Lisbeth le preocupaba por qué los hombres no respetaban a sus mujeres. Entonces preguntó a la directora de su apostolado: ¿Por qué es tan difícil casarse bien hoy en día? En particular, ¿por qué los hombres no pueden respetar a sus esposas? Y la directora le dio esta respuesta muy interesante:
"Creo que puedo resolver el enigma. La esposa debe ser una reina en el hogar y llevar en él una corona. Pero para serlo debe llegar virgen al matrimonio, sea la mujer de cualquier clase social. Entonces tenga la seguridad de que el hombre la considerará más alta que él, de lo cual se convencerá cada día más. La respetará y la situación de ella en el hogar sería distinta. Pero si antes de haberse verificado el matrimonio ha ocurrido algo anormal, si la mujer ha caído en un desliz y no llega virgen a él, entonces ante los ojos del marido ha llegado sin corona. Ha sido destronada antes de reinar. Aunque sea él mismo quien ha pecado con ella, aunque él sea quien la ha seducido, pierde la aureola de la pureza. No la respeta desde el principio. Y, después, la naturaleza del hombre, de por si brutal, se manifiesta. Cuando la pureza femenina no es capaz de ponerle vallas, el desenfreno del hombre estalla. La mujer que llega al matrimonio en estas condiciones ha perdido su entereza moral y su estimación propia. El desliz queda cubierto por el matrimonio, es cierto, pero ha perdido la fuerza moral para defender sus derechos y su dignidad.
Según su opinión, los hombres no respetan a las mujeres que no guardan la castidad antes del matrimonio. Y podríamos decir aún más, el casarse bien es una gracia. Y Dios da la gracia de un buen matrimonio a la gente que obedece sus mandamientos antes del matrimonio".