La finalidad ecuménica de la nueva misa - Palabras de Mons. Lefebvre

Fuente: Distrito de México

Al hacer la crítica interna de la reforma litúrgica y de todo lo que se ha cambiado literalmente en el rito, nos damos cuenta que la finalidad principal es ecuménica, un falso ecumenismo que ni más ni menos nos hace aplicar sencillamente los ritos de una manera protestante.

La reforma litúrgica es ecuménica, hecha en un sentido protestante, con la participación de seis pastores protestantes, tal como lo atestigua la Documentación católica al publicar una fotografía de ellos junto al Santo Padre.

Ningún protestante oficial era miembro titular (...) de la comisión encargada de la redacción de la nueva misa (...) pero es un atrevimiento concluir que “los protestantes no tuvieron nada que ver con la redacción de las nuevas anáforas, y con mayor razón, con la nueva misa.

Que yo sepa, esa Comisión no trabajaba a puertas cerradas y, por lo tanto, Dom Botte no puede afirmar que ninguno de sus colegas no se comunicó, entre las sesiones, con los seis "observadores" protestantes adjuntos en calidad de tales al Consilium para la reforma de la liturgia, de la que dependía la mencionada comisión. (...) ¿Se puede imaginar que los haya ignorado en el momento en que se discutía uno de los temas que más les interesaba, puesto que trataba de la naturaleza sacrificial de la misa?

En todo caso, en la hipótesis muy poco probable según la cual los mencionados "observadores" no hubieran colaborado en la redacción de las nuevas Plegarias eucarísticas (y en el saqueo del Canon romano, cuya Plegaria I1 sólo es una hábil imitación), se puede decir que su espíritu impregnó tanto a los miembros de la Comisión que satisficieron espontáneamente los deseos ocultos de los herejes.

Se ha pretendido hacer un acercamiento con los protestantes, no atrayéndolos al catolicismo sino al contrario, acercando éste al protestantismo. Los reformadores de la misa se esmeraron para suprimir prácticamente todo lo que se oponía al protestantismo para llegar supuestamente a una unión –no se sabe muy bien cuál– unión que no es la unidad en la fe.

El mismo Mons. Bugnini lo dijo el 19 de marzo de 1965, tal como se puede leer en el Osservatore Romano y en la Documentación católica, donde se ha publicado la traducción de su discurso: "Tenemos que suprimir de nuestras oraciones católicas y de la liturgia católica todo lo que pueda ser indicio de una piedra de tropiezo para nuestros hermanos separados". Eso fue el 19 de marzo de 1965 y, por consiguiente, antes de todas las reformas. ¿Cómo puede ser que ahora vamos a preguntar a los protestantes si están de acuerdo o no con el sacrificio de la misa, nuestros sacramentos, todas nuestras oraciones y nuestro catecismo? ¿No os gusta esto... ni tampoco aquello...? Entonces, lo vamos a suprimir.

Ese es el motivo por qué se han cambiado las fórmulas del santo sacrificio de la misa y también todas las de los sacramentos, y se ha modificado el breviario de los sacerdotes y el calendario. Todo eso se ha hecho para evitar todo lo que pueda molestar a los protestantes. Pero a fuerza de preguntarse antes de cada reforma lo que piensan los protestantes, se acaba evidentemente eliminando todo lo que es propiamente católico y todo lo que recuerda realmente nuestra fe en contra de los errores protestantes.

LA MISA DE SIEMPRE
MONSEÑOR MARCEL LEFEBVRE+

 

  • 1El primer Canon de los cuatro propuestos por el nuevo ordo.