Mayo - el mes de la Virgen María
Entre todos los ejercicios de piedad que se practican durante el mes de mayo, no hay ninguno que sea tan antiguo y tan hermoso como el Mes de María. Dado que es una devoción a nivel mundial, cuando la practicamos nos unimos en espíritu y de corazón a todos los fieles que de un modo semejante ofrecen a la Santísima Virgen algún obsequio especial durante este mes.
Este Mes de María ha sido compuesto sobre todo para uso individual y familiar de aquellas personas que, no pudiendo asistir diariamente a la Capilla, desean hacer devotos obsequios a la Virgen para dedicarle el mes de Mayo.
De nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Bendita sea tu pureza,
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza,
A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada, María,
Te ofrezco en este día,
Alma, vida y corazón;
Mírame con compasión:
No me dejes, Madre mía.
Acto de consagración
Oración: Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno que haya acudido a Vos, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh purísima Madre de Dios, mis humildes súplicas; antes bien, escuchadlas favorablemente. Así sea.
Pidamos las gracias que deseamos conseguir hoy por intercesión de nuestra Madre, María... Y para ello, la saludaremos con cinco avemarías y las jaculatorias siguientes:
- Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acordaos de mí, miserable pecador. Avemaría.
- Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados. Avemaría.
- Reina de cielos y tierra, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Avemaría.
- Inmaculada hija de Joaquín y Ana, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación. Avemaría.
- Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte y abridme las puertas del cielo. Avemaría.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Oración final
¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco del todo a Vos; y, en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser. Ya que soy todo vuestro/a, oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén. Madre, aquí tenéis a vuestro/a hijo/a. (3 veces). En Vos, Madre mía dulcísima, he puesto toda mi confianza y nunca jamás seré confundido. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Oh dulce Corazón de María, sed mi salvación.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.